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La gurú del bosque


Dejadme que comparta una historia que me han contado, y de la que he aprendido algunas cosas valiosas. Llamadlo storytelling, si queréis...

Aquél era su favorito de todo el bosque. 
Lo mimaba especialmente como agente forestal, un oficio que amaba.
Por esas cosas de la vida, ahora era también la alcaldesa pedánea del pequeño pueblo de la zona en el que vivía.Pero eso no le llenaba. Era un alma libre y lo dejó para irse a la India como voluntaria en una ONG.

Antes de partir, visitó "su" majestuoso roble y se lo encomendó a sus compañeros del servicio forestal...

"Cuidadlo como si fuera yo" Les dijo abrazado a él, intentando rodear su inabarcable tronco con sus menudas manos.

La vida en la India fue dura. Más de lo que ella esperaba, pero no se rindió. Tanto, que acabó sus días muriendo a lomos de un elefante por un golpe de calor. Su cuerpo acostumbrado a los bosques del norte no se adaptó nunca.

Sus restos quedaron allí, a miles de kilómetros, ante la dificultad del traslado. Pero dicen sus antiguos compañeros del servicio forestal, que bajo aquel roble centenario,  abrazados  a su tronco, pueden sentirla...

Y allí, protegido por una valla de madera, crece el roble majestuoso junto a una placa que recuerda su nombre...

Yo conozco ese lugar, afortunadamente, y ahora. Cuando me siento solo en las temporadas en las que me retiro a escribir por aquellos lares, camino por el bosque a buscar su compañia...

Lo que sigue, ya es personal y podrías creerlo o no. Pero si quieres que volvamos al terreno de lo profesional, déjame que te explique la relación entre esta historia y el marketing, social media o no...

En primavera florecen muchas plantas que no durarán más de unas semanas para dar sus frutos. Mientras otras, nunca dan flor pero crecen día a día, y se afianzan durante generaciones, gracias a sus raíces poderosas. En el marketing actual, podemos perdernos viendo los árboles que con su espesura, nos impiden ver el bosque.

Por poner un ejemplo, la semana pasada, ha florecido Google Plus. Y las redes sociales actuales, especialmente Twitter, se han llenado a partes iguales de comentarios de los que ya lo estaban probando, y los que pedían invitaciones. Éstos últimos, también lo han hecho en privado, deseando ser de los primeros en probarlo. Era, una vez más, como si fuera la solución a todos los problemas y quien no estuviera ya, se quedara fuera de juego.

En el momento de escribir este post, yo aún no lo he probado. Otras veces Google me invita a las fases beta, y ésta no. Así que simplemente, he rellenado el formulario de solicitud de Google, y cuando les parezca bien, me llegará. O no. Y me da exactamente igual. Si es un bosque, ya entraré en él, y ya veré si me pierdo o planto mi árbol y lo hago crecer sólidamente. Y si es una flor efímera, como Wave, o Diaspora* (Dónde conseguí invitación rápidamente y no he vuelto a entrar porque está más vacío que el curriculm de la Esteban) pues para qué las prisas.

La cuestión no es estar en el bosque. La cuestión es ¿Sabes cuál es tu árbol?
Si eres Community Manager, está claro que necesitas conocer lo antes posible y lo más profundamente cualquier servicio, herramienta o red que surja. Pero si eres una empresa, o un particular. No hay prisa. 
Lo realmente importante, es saber si quieres ser flor o árbol. El otro día discrepé en un blog que afirmaba que el CM debe pensar más en el Carpe Diem que en el futuro. Vale que haya que estar al día, pero sólo si tienes claro cuál es tu objetivo a largo plazo. Esto no es nada nuevo. Es la diferencia entre táctica y estrategia. Y yo, modestamente, soy de los que creen en la estrategia y en las raíces, más que en las flores.

Así que, más allá de en qué red social estés hoy, lo que debes pensar es cuál es tu árbol. Dónde quieres estar. En un bosque frondoso o en una maceta. En un lugar donde te sientas integrado, parte de algo, importante, o en un balcón lleno de flores que tarde o temprano se marchitarán.

Mira bien tus raíces. Tu cultura de marca, tu filosofía de empresa y después, busca el lugar en el que plantar tu árbol de comunicación. Pero no un árbol cualquiera, intenta que sea un árbol con alma. Un árbol que la gente reconozca y quiera abrazar. Un árbol al que la gente quiera como suyo. Tendrás que abonarlo día a día, y en ocasiones podarlo quitando lo que ya no sirva. Y sobre todo, necesitarás paciencia para verlo crecer. Mucha paciencia, salvo que quieras ser flor de temporada y no alguien que de sombra todo el año. Y sobre todo, recuerda a la agente forestal. Y piensa si más allá de la moda, el deseo o la conveniencia, estás donde realmente quieres estar.

Ahora que lo pienso, esta historia, como aquella del Gurú jamaicano,  también sirve para la gente normal que no tiene nada que ver con el márketing ¿verdad? ¿Sabes ya cuál es tu árbol?


La placa de la foto, reza: "La vida es un instante que las personas forjan con sus actos por los que serán recordados. Su generosidad destacaba como la grandeza de este roble."

Disclaimer: Este post se publicó previamente en Cooking Ideas.

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